8 de mayo de 2009

Mira a tu alrededor

Mira a tu alrededor y por vez primera, ve. Sólo con la mente tranquila, a la vez que activa, y sin prejuicios podrás conseguir una mirada limpia y sincera, un conocimiento espontáneo de una realiad aletargada.
De qué sirve pensar en el pasado, si como pasado, se convirtió en algo inexistente. De qué sirve estar pendiente del futuro si, al final, las cosas suelen tomar un giro propio y se convierten en sorpresas. Los seres humanos, mirando al pasado o al futuro, pierden su presente, lo único que tienen. Si viven mirando hacia atrás, su vida siempre se reducirá a ese mismo pasado, aunque pase medio siglo. Si viven mirando hacia alante, el tiempo les consumirá sin que se den cuenta, hasta que el único futuro sea la muerte. Pues si no se aprende a ver, sólo se tiene una falsa concepción de la realidad, una concepción que nos hace seres sufrientes, por pensar que finitos, por concebir que frágiles. Y sin embargo, viendo el flujo de la vida nítidamente y fluyendo con él, con naturalidad y sin resistencia, se puede llegar a un conocimiento real, que supera las barreras de las falsas percepciones, que nos abren a lo absoluto. A la vida, a lo que somos y de lo que formamos parte; a lo inacabable, inexplicable, inabarcable. Que no le cabe más sí que vivirla, más allá de los libros, por propia experiencia. Pues ni la experiencia mejor contada puede asemejarse a la vivida en primera persona, pues en la realidad todo es superado.